viernes, 24 de diciembre de 2010

Feliz Cumpleaños Jesús


¡Todo el mundo está de fiesta! Mañana, se celebra el cumpleaños mas celebrado de todos los tiempos. Mañana, cumple años Jesús, y todo debe estar preparado. Todo debe quedar perfecto.

¡Cuánto me hubiese gustado vivir durante aquellos años! Me hubiese encantado conocerle en carne y hueso. Seguramente no hubiera tenido palabras para dirigirme a él. Sé que solo hubiese llorado. Pero después de un rato, o quizás en una segunda o tercera oportunidad, yo hubiera intentado hablar; Me hubiese dicho a mí misma: “¡Por favor! ¡Compórtate! ¡Es tu oportunidad! ¡No la desperdicies!... Él me hubiese secado mis lágrimas. Y con tan solo mirarme a los ojos, Él me hubiera limpiado el corazón.

Si Dios decidiera enviar nuevamente a su hijo ¿Qué pasaría en el mundo?

Si de pronto nos enterásemos que el hijo de Dios ha nacido, y que fue registrado bajo el nombre de Jesús Segundo, ¿Qué haríamos? ¿Quién le creería? ¿Quién intentaría matarle esta vez? ¿Quiénes le defenderían? Yo confío plenamente en mi mundo, y sé que, esta vez, sería diferente. Esta vez, le protegeríamos, y le enseñaríamos todo lo que hemos logrado con sus enseñanzas desde la última vez que vino a la tierra. ¡Sería maravilloso! Yo, particularmente, haría hasta lo imposible por convertirme en su niñera oficial. No pediría nada más. Le arrullaría, la daría el biberón, le cambiaría los pañales, dedicaría toda mi vida solo a cuidarle y a mirarle. Y, si sus padres decidieran que los mejores pañales son los de tela, yo seguiría cambiándole los pañales, y lavaría con ternura, el popó del hijo de Dios.

Me dedicaría a observarle. Esperaría a que diera su primer paso, a que dijera su primera palabra, y a que hiciera su primer milagro. También llevaría a mi madre a conocer al bebé. Ella es su fan. Seguramente, ella crearía el primer Club Oficial de Fans de Jesús Segundo.

Aprovecharía sus primeros años, porque sé que luego, el tomaría su camino. El tendría mucho por hacer fuera de casa. Pero yo le acompañaría mientras estuviera viva. Le compraría un blackberry para mantenerme siempre en contacto con él. Organizaría reuniones y llevaría su agenda. Seguramente iniciaríamos una empresa de coaching en la que él sería el protagonista. Le llevaría a comer jamón ibérico en Madrid, cachapas con queso de mano en Venezuela, pulpo en Galicia, pizza en Roma y perritos calientes en Manhattan. Además, pediría audiencia con algunos presidentes para que Él hablara con ellos, le diría “Por favor, Jesús, hazme este favor, habla con él, hazlo entrar en razón”.

Sé que Él iría a África, y pondría en sus tierras dos o tres ríos caudalosos. Irrigaría esas tierras para que las cosechas fueran prósperas. Multiplicaría 5 vacas en 10.000 millones de vacas para erradicar el hambre, y dividiría los 900 millones de armas entre su mismo número.

En América la pasaría genial. Bailaría salsa, merengue, cumbia, vallenato, reggeton, jazz, samba, rock y bachata. Allí sería donde daría sus mejores conferencias como coach. En América no pondría ríos porque ya tienen. En América, establecería un poco el orden, y también desaparecería varios millones de armas. Los Latin Kings, La Mara, Los Skin Heads, terminarían uniéndose a Él.

En Europa aprendería a hablar italiano, y multiplicaría un poco el producto interno bruto de algunos países para que dejaran de sufrir esa crisis. Pasearía por París, por la Europa del este, por los países bajos y por las islas canarias. De las Islas Canarias se llevaría varios botes de mojo picón. Luego, cuando hubiere perfeccionado su italiano, Él se hubiese acercado al Vaticano y allí, hubiesen tenido una muy, pero que muy larga conversación en secreto.

En Australia hubiese reparado un poco la Gran Barrera de Coral y hubiese buceado hasta agotar todas las botellas de oxígeno. También se hubiese maravillado con los canguros. Por ello, no hubiera comprado los testículos de canguro que venden como souvenir.

En Asia hubiese ampliado el territorio para que las personas se movieran con más comodidad. Además, hubiese creado un sistema de entradas y salidas de los metros con el cual las personas no saliera heridas cada vez que usaran ese medio de transporte. Allí no hubiera comido cucarachas ni ratas. Se hubiese decantado por los simples tallarines salteados con infinidad de ingredientes.

Si, yo creo que le gustaría este mundo… Yo creo que a nosotros nos gustaría tenerle aquí de nuevo.

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