jueves, 9 de diciembre de 2010

Bubbles



Existen verdades como puños, y la temática de una conversación cualquiera en territorio español es una de ellas. Una conversación, en la que participan dos o más personas, dentro o fuera del horario laboral, con o sin conocimiento de causa, siempre e irrefutablemente acariciará los siguientes puntos:

1. La Crisis
2. El Futbol, y
3. A La Belén Esteban

-Los resultados que arroja google para estos tres términos son: 136 millones para "Crisis", 53 millones para "futbol" y 770.000 para "Belen Esteban"-

El primer punto, “la crisis” es un tema que aunque luches incansablemente por no tocar, terminarás abordando. Es como “La Roma” de las conversaciones: todos los caminos te llevan a ella. Al principio creí que sería algo muy pasajero, como un escándalo sexual entre un presidente y su secretaria, o como el descubrimiento de alguna bacteria que ha mutado por el calentamiento global. Me equivocaba enormemente.

Este punto, rey por antonomasia de las tertulias actuales, y a título personal, me parece completamente inútil, y cualquier persona que tenga ánimos de seguir con vida, se adhiere a mi posición. Es por ello, que hoy decidí descubrir cuales son las palabras detonantes. ¿Cuáles son las palabras que dentro de una conversación trivial conllevan a la aparición de tan desagradable tema?

Existen palabras que, por su literalidad, o por su inclusión hasta el hastío en todos los medios de comunicación, producen esa irremediable conexión con la “crisis”.

Cecilia: ¡Que bonito día hace hoy! ¿No?
Aura: ¿Por qué lo dices?
Cecilia: ¿No lo ves? Sol radiante, 20º centígrados ¡Ha subido temperatura!, cielos despejados…
Aura: Pues a mi me parece que hace calor. El año pasado en esta misma época hacía mas frío. Recuerdo que aún usaba la chaqueta de lana. Es que con esto del calentamiento global las temperaturas suben. Todo sube ¿No? ¿Has visto lo que subió el litro de leche? ¡A donde vamos a llegar con esta crisis!

Palabra detonante: Subir

La Real Academia Española, debería eliminar este verbo por algún tiempo. Y reinsertarlo en el diccionario cuando los españoles estuviesen preparados para volverlo a escuchar.
El verbo “subir” se ha convertido en una palabra accesoria a: precios, impuestos, responsabilidades, riesgos, entre otros. Por tanto, en vez de decir “la temperatura ha subido” optemos por decir “El clima está más calentito”.




Otra palabra que puede crear escalofríos en quienes la escuchan es: Burbuja.

La burbuja ha pasado de ser esa hermosa capsula transparente contenedora de aire y aislado del exterior, para convertirse en un tenebroso habitáculo en cuyo interior se concentró un gas mortífero. Gas que luego de la explosión de aquella monstruosa creación se dispersó por todo el mundo, ocasionando un caos económico.

Hace muchos meses que no uso esta palabra, pero he de aceptar que cuando la escucho, pienso automáticamente en su palabra accesoria: “inmobiliaria”, de la que hablaré mas adelante. Cuando veo a niños jugando con jabón y haciendo pompas, pienso en las burbujas y me digo: ¿Qué daño puede hacer una burbuja?

“Inmobiliario” es un termino que realmente me preocupa, pues, lamentablemente, quedará manchado para siempre. Estigmatizado y por ende repudiado por todos los seres que habitamos el planeta, no podrá volver a ser el mismo. Cuando decimos “inmobiliario” automáticamente pensamos en: hipotecas, tasaciones, en el sector de la construcción, en el desempleo originado por todo lo anterior, etc. ¿Cómo podríamos llamar a este sector tan importante para la economía de nuestros países? Creo que una posible solución sería la de intercambiar –temporalmente- nuestra palabra castellana, con la de un país vecino. Esta palabra en un idioma distinto sería totalmente desconocida por nuestro cerebro y por tanto, no ocurriría la conexión inmediata con la crisis. Y es que, si a partir de mañana, en España se dijera “Real State” en vez de “inmobiliaria”, no pensaríamos en “burbuja” o en “crisis”. Si en el Reino Unido, dijeran “Inmobiliario” en vez de “Real State” no pensarían en “Bubble”


En la inmensidad de nuestro cerebro un pensamiento desencadena otro, y ese a su vez, crea uno nuevo, o modifica el anterior. Una maraña que puede ser detenida, si digo:

Ascender, en vez de Subir

Real State, en vez de Inmobiliario

Bubble, en vez de Burbuja

Derecho Real que grava un bien inmueble, en vez de Hipoteca

Y nunca, nunca diré “Rescate”… en su lugar, diré: Reconquista. Porque mientras la “Real State Bubble” vaya mermando, nosotros iremos aprendiendo a recuperar la opinión y la seguridad en nosotros mismos

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